Buenos Aires circuito 5

Buenos Aires circuito 5 FECHA: 13-11-1968 - POSICIÓN: 1 - CATEGORÍA: Seleccion de pilotos Club Y.P.F.



Buenos Aires circuito 5

DETALLE DE LA CARRERA

 

LOS TANTEOS PREVIOS y PRIMEROS ESBOZOS 
 
 
El Club YPF, que en su oportunidad sentara el primer precedente de la preselectión, realizado por el voto de los representantes de 37 organizaciones periodisticas especializadas, volvió a la carga en lo referente a la constitutión de la "Comision Especial", la que ha tenido a su cargo lo confection del Reglamento de Selectión de Pilotos y tendrá la supervision de la selectión propiamente dicha. La Comision Especial formada por un delegado por medio, es decir, por la prensa escrita, oral y televisiva, recayendo la elección en los señores Gilberto Riego, Alfredo Parga y Miguel Angel Barrau. Una vez que la misma quedó constituida y entró en funciones, tomó inmediato contacto con Juan Manuel Fangio con el fin de recabar aquellos elementos de juicio que concurrieran a formar criterio, avalados por tan notable experiencia, y que significaran un punto de partida para la tarea encomendada. Luego de que Juan Manuel Fangio declinara el ofrecimiento de presidir la comisión por atendibles razones de ética, y que se elaborara la línea de pensamiento alrededor de la que se desarrollaría el mecanismo de la selección final,- la Comisión Especial juzgó prudente citar o los pilotos preseleccionodos, a fin de que ellos aportaron sus puntos de visto, sin preconceptos, sin que ninguna disposición previa o comentario oficial limitara la amplitud de tal aporte. Durante la muy cordial reunión, que tuvo lugar en las instalaciones del club organizador, estuvieron presentes Carlos Reutemann, Carlos Marintovich, "Cacho" Fangio Luis Di Palma, lamentándose lo ausencia de Nasif Estéfano y Mauricio Franco, quienes se encontraban realizando un "raid" en el interior del país. Los pilotos expusieron sus puntos de vista, de los que se tomó debida nota, y cuya sustancia puede resumirse en los siguientes tópicos: a) Lo pruebo de selección debería hacerse contra reloj (Carlos Marincovich, apoyado por unanimidad). b) Deberían existir veedores en la pista (Carlos Reutemann, apoyodo por Luis Di Palma, pensamiento al que se agregaron posteriormente "Cacho" Fangio y Carlos Marincovich). c) Los pruebas deberían ser dos y permitirse o los pilotos optar por la mejor de ellas (los cuatro pilotos, coincidentes en un principio, perfeccionan la idea con una quita y un agregado, tal como se consigna en el punto d  d) Los pruebas deberían ser dos y el resultado final originarse por la suma de los tiempos parciales de ambas pruebas (unanimidad de los pilotos). Sobre el final de le reunión y sin que ni las sonrisas ni el cordial espíritu reinante se modificaron en lo mas mínimo, solo como forma de expresar la intensidad de la puja que se ovecinaba, se escucharon expresiones muy graficas sobre una idéntica cualidad del enfrentamiento: "A muerte, a suerte y verdad, a cara de perro".
 
CON LOS ELEMENTOS DISPONIBLES... 
...dio comienzo el trabajo. No sólo con los elementos de juicio, sino con los materiales que se hallaban o disposición. Algunos veces hemos dicho que lo mejor es enemigo de lo bueno. Sin que deje de ser cierto el viejo refrán, no es menos cierto que cuando lo ideal es inalcanzable por razones de fuerza mayor, aquello de que se dispone pasa a ser lo mejor.
En el caso que nos ocupa el ideal hubiera sido utilizar como escenario el circuito N° 2 del autódromo municipal, que no solo es el circuito internacional, sino que encierra en su desarrollo las dos curvas que en formo más relevante establecen diferencias entre loa pilotos: el curvón y la curva de Ascari. Pero el ideal fue imposible. Necesarias obras de repavimentación de tramos y ensanche de pistas, impostergables por otra parte, limitaron al circuito N° 5 —con exclusivi-dad— la posibilidad de utilización del autódromo metropolitono. Lcs automóviles disponibles para la seleccion, tres Brabham de Formula 3 que integraron la temporada posada el equipo AUTOMUNDO y que fueran donados al Club YPF con el fin de crear en nuestro país una escuela de pilotos, exigían por su parte el recaudo de un auto de reserva para la selección propiamente dicha y dos para las pruebas de adiestramiento. Recordemos que de los pilotos preseleccionados, solomente "Cacho" Fangio, Nasif Estéfano y Carlos Marincovich disponían de cierta experiencia sobre automóviles de fórmula internacional, por lo que se hacía previsible un adiestramiento intensivo. 
Aqui corresponde realizar un alto en la ilación para que podamos decir, con legítima satisfacción, que la nobleza nos obliga. "Cacho" Fangio, interpretando la desventaja que la inexperiencia sabre ese tipo de automóviles podria significar para sus rivales de selección, sostuvo la conveniencia de otorgar a ellos, es decir, a Carlos Reutemann, Mauricio Franco y Luis Di Palma, el doble de tiempo de adiestramiento que el resto de los pilotos, que ya disponían de alguna experiencia.
 
LAS JORNADAS DE ADIESTRAMIENTO... 
...previstas fueron tres.  Sabado 9, Domingo 10 y Lunes 11 del corriente, de 8 a 11. Hablemos de las dos primeras.
Di Palma, requerido por compromisos particulares, estuvo ausente la mañana del Sábado. Se alternaron los dos grupos de pilotos —los con experiencia y los sin ella— al volante de uno de los Brabhaom Formula 3, en lapsos de 15 minutos para el primer grupo y de 30 minutos para el segundo. 
La velocidad de rotación de motor habla sido limitada —por precisas instrucciones de la Comisión Especial- a 9.000 rpm, con un margen de 500 rpm más, con el fin de preservar la vigencia del material hasta la finalización de las sesiones de clasificación final. Es decir, que se autorizó el uso de la potencia maxima, los motores Ford Cosworth del F 3 la entregan, precisamente, entre 9.000/9.300 rpm, pero se exigió una particular precision, tonto en los cambios de marcha ascendentes como en los rebajes. 
Los primeros tiempos registrados estuvieron en el orden de l'04". 
Muy poco duraron dichos guarismos en las pizarras. Tres segundos fueron eliminados, por todos los pilotos, con suma rapidez de su planilla de promedios, y los tiempos se estabilizaron, en la primera. parte de la mañana del Sábado, en los muy próximas vecindades del minuto un segundo.
Pero esta historia tampoco duraría mucho. Un segundo más caería cercenado por los registros de Nasif Estefano y Carlos Reutemann quienes, en síntesis, fueron los que establecieron el mejor registro, con un minuto "clavado", durante la primera jornada. "Cacho" Fangio se colocó a sólo 3/10 de segundo de los dos punteros y Mauricio Franco —su debut absoluto o bordo de un monoplaza— se pegó como con cola de carpintero o 6/10 de los récords del dia y a 3/10 del mejor tiempo de "Cacho" "La cosa está que arde" fue el comentario de Carlos Marincovich, quien por su parte había conquistado el tercer mejor tiempo con un registro de 1'2/10". 
 
-LA SEGUNDA JORNADA... 
...nos trajo alguna intranquilidad por parte de los pilotos, a raíz de que no visualizaban "brechas" entre unos y otros tiempos. Por cierto que se abocaron en establecerlas y que, en la oportunidad, se contó con lo presencia de Luis Di Palma, quien completó así lo asistencia total del equipo de preselección. 
Dos sorpresas brindó la mañana. La primero, uno regularidad de corte matemático por parte de Carlos Reutemann, quien, además, se aduenó del primado del circuito con un neto de 59" 9/10. El mérito —relativo por una parte y absoluto por lo otro— fue nuevamente compartido. Esta vez, las palmas batieron paro Mauricio Franco, quien empató el registro utilizando el segundo automóvil de los destinados a entrenamientos, es decir, el "muletto", el supuestamente más baqueteado de los tres. La paridad de los registros obtenidos por Carlos Marincovich, Nasif Estéfano, Luis Di Palma —otro debut muy auspicioso— y "Cacho" Fangio (todos ubicados entre l' y 1'4/10") permite prever que aquellas palabras pronunciados como presunción del devenir tienen toda la posibilidad de haber sido proféticas: "A muerte, o suerte y verdad, o cara de perro". Veinte vueltas no son muchos. Sólo los suficientes como paro que una décima de segundo ganado por circuito se transforme en sólidos 2 segundos de ventaja. Pero... ¿qué son 2 segundos frente o un solo error? Lo respuesta es obvia. Lo selección es una exigencia total, a veinte vueltas de circuito, donde el mejor ritmo de carrera obtenible no admite variación y donde el error no es perdonable. La exigencia es tremenda. El premio también.
 
FINALIZO LA SELECCION.
Seis pilotos concurrieron a la misma a decir su verdad. A exponer a la fría luz de la más absoluta paridad el nivel de sus condiciones, la estabilidad del sistema nervioso, la continuidad del temperamento combativo. Pocos minutos faltaban para que diera comienzo la segunda sesión de las pruebas finales de selección, cuando uno de los volantes que esperaban turno para salir a la pista nos dijo en un aparte. "Esto es terrible. Es como si fuéramos un grupo de artistas a quienes van a filmar sin maquillaje." Mucho se había escuchado ya en los corrillos que por doquier se formaban en las premisas del autódromo. Es la hora de la verdad. El reloj no miente. Las excusas no tienen valor. Es el momento de crecer, mirarnos en el espejo y saber quiénes somos y qué somos. La frase de marras pronunciada por el piloto no hacía sino confirmar lo que se había hecho carne en el público. Estas y muchas cosas más. Pero el sentido que formaban las distintas palabras enlazadas en frases sentenciosas tenía un común denominador. Todas decían lo mismo en una gran coincidencia de pensamiento. Sin embargo, en el seno del grupo de pilotos —no en todos pero sí en algunos— comenzó a gestarse cierto escozor superficial, una especie de molesta eccema espiritual que los hacía especialmente susceptibles a las especulaciones que a su alrededor se formulaban. El temor tomaba forma simple en la vulgaridad de la frase escuchada... "Los que no salgan elegidos van a quedar pagando frente al público." El temor podía ser fundado o no. Todo dependería, en la instancia, de las diferencias que se escalonaran entre unos y otros. Pero, también en última instancia, el proceso vendría a lavar —si las diferencias fueran grandes— preconceptos formados en el seno del gran público cuya posible inexactitud creaba —precisamente—el escozor; "escozor", no malestar. La cordial disposición del equipo, su orden y su disciplina fueron ejemplares.
 
En la cancha se ven los pingos 
 
Una nueva intranquilidad de los pilotos resultó motivo de consulta a la comisión especial de selección y, en este caso, de revisión de los limites establecidos al régimen de rotación de los motores 
El mismo había sido estipulado en 9.000 rpm, con 500 rpm de margen, de tolerancia, sancionándose de allí en más la "pasada de vueltas". El temor de los pilotos, justificado por cierto, se concretaba en la posibilidad de que errar un cambio o "pasarse" en un rebaje significaran una pena muy difícil de compensar. Pese a que el criterio de la comisión era, precisamente, penar los errores de conducción, con el fin de llevar tranquilidad al ánimo de quienes debían enfrentarse fue elevado el margen no penalizable del régimen de rotación, incrementándolo hasta las 10.000 rpm. Más allá de la cifra, esperaba la penitencia. Con los ánimos en tensión fue realizado el sorteo que daría el orden en que se realizarían las pruebas. Este se invertirla al día siguiente, en horas de la mañana. Franco-Di Palma-Estéfano-Marincovich-Fangio y Reutemann. Así salieron a la pista. La primera sorpresa la dio —aunque había clavado varias "banderillas" en las sesiones de entrenamiento— Oscar Mauricio Franco. Su tiempo final para 10 vueltas era algo muy sólido, dificil de igualar. Carlos Reutemann con su habitual profesionalismo, se dirigió al sector de sombra, en el pasto, y estirándose sobre él comenzó su sesión de "relax". A Luis Di Palma los nervios le brotaban por todos los poros, como si fueran prolongaciones capilares. Nasif Estéfano permaneció en la zona del minuto un segundo, con una sola vuelta bajo ese régimen (la octava) con 100 9/10. Después fue Marincovich y en él se ubicó lo mejor de la jornada. Luego de la vuelta con partida detenida, solamente en un giro (el cuarto) Marincovich estuvo arriba del minuto un segundo (1'01" 3/10). Las nueve vueltas restantes encontraron el 00 antes de registrar las décimas. Los ceños arrugaron las frentes de cinco pilotos. "Yo debería ir a hacer un curso a Academias Oscar.. ¿Se dan cuenta? Erré un cambio de tercera a cuarta y no sólo una vez, sino dos...". El detalle, que significó una vuelta (la séptima) completada en 1'02" 7/10; descompaginó una performance ya alterada por tres rounds encima del famoso" 1'01". El acto final _fue de Carlos Reutemann. La partida estuvo dentro de lo bueno —nada más que bueno— y la serie se mortificó por cierta falta de ritmo inicial en las tres primeras vueltas. Cuando llegó el momento de que la aplanadora entrara en funciones (cuarto giro) Reutemann estuvo, de allí en más, superando por sólo décimas el que fuera —casi- imbatible minuto. El martes, en horas de la mañana, la inversión del orden dio como resultado cronológico a Reutemann-Famgio-Marincovich-Estéfano-DiPalma- Franco. La expectación enmudecía el centenar de periodistas que se habían dado cita. Carlos Reutemann en esta opontunidad, puso en marcha la aplanadora desde el primer giro. Bajó en algo más de seis segundos el tiempo registrado el dia anteiror para idéntico número de vueltas. "Cacho" mejoró mucho. Hizo el mismo tiempo que el piloto santafecino el día anterior ("Corro cada 10 días,no tengo ritmo") pero lo suyo indicó que no estaba para "el dúo final". Marincovich se tenia mucha y merecida fe a juzgar por los resultados. Sin embargo, no pudo evitar que Reutemann le "robara" el minuto sesenta y siete centésimas con que Marincovich lo precedla y que se le distanciara por algo más de 8/10. No obstante, el piloto de Arrecifes había bajado su propio tiempo en casi dos segundos. "De todos mis días malos, estos han sido los peores; pero la verdad debe ser dicha ¡Qué bien andan estos muchachos .!". Asi hablaba Nasif Estéfano, luego que de sus 10 rondas sólo en dos pudiera bajar el ritmo "clave": el minuto un segundo. Luis Di Palma quiso cumplir con la selección. Sabia que su chance era intima. Lo hizo con hidalguía y honestidad profesional. Tan bien trató al auto (mueren aquí los infundios de lenguas viperinas, que alegaron un frotamiento descomedido al embrague, que supuestamente favorecerla la ubicación de Marincovich al perjudicar a Franco) que permitió a Oscar Mauricio Franco "clavar" el mejor registro con partida detenida mediante un espectacular 1'08"8/10. Franco tenia hecha su composición de lugar. Sabia a qué ritmo debía girar, vuelta tras vuelta. Lo ganado en la primera comenzó a diluirse en la segunda (1'01"). El ritmo obtenido era superior —en sólo 3/10 promedio— al necesario para desplazar a Marincovich. Al notario, en la vuelta séptima, Franco nos hizo un gesto negativo con la cabeza. Inmediatamente sus tiempos registraron una alza (1'01" 2/10 para los giros 8 y 9) y un buen trámite final, con 9/10 sobre el minuto. Cayó la bandera por última vez. La selección de pilotos habla terminado. El orden que dio la suerte ya no tenía vigor. Ahora era Reutemann-Marincovich - Franco - Fangio - Estéfano-Di Palma. No habíamos acabado de pronunciar la sentida frase de congratulación, cuando Carlos Reutemann hizo su pregunta. La pregunta del que quiere ser profesional... "¿Habrá alguna posibilidad de comenzar el entrenamiento esta tarde?" A las 14.23, el auto salía nuevamente a la pista. Carlos Reutemann, con un "sweater" puesto pese al intenso calor reinante ("tengo que habituarme al calor de diciembre y de los Formula 2”) iniciaba su tarea de adiestramiento como piloto titular del equipo YPF. Sus pausas, cada 15 vueltas. Su ritmo, 1' 00" 8/10.
 
 
UN TRIUNFO  por Alfredo Parga
 
Como objetivo, dos autos Tecno. Dos asientos apenas. Alrededor de ellos. media docena de esperanzas que acaso no conocieron el sosiego durante la pausa de espera que, a estas horas, seguramente se dilucidó. Yo tengo presente un momento del episodio. El que conceptúo más esclarecedor, puesto que al fin y al cabo aprisiona el nudo de la cuestión. Aquel en que los hombres se reflejan. Se muestran como son y no de otra manera. Dos asientos apenas. Alrededor de ellos, media docena de esperanzas. Todo un símbolo: el de una juventud que me llenó de orgullo por su forma de razonar. (¿Saben que no creo en los rebeldes sin causa? Pero ésta, como diría Dickens, es otra historia que oportunamente tendrá su plaza en la vorágine a veces enloquecedora de los papeles y las tintas.) Me prometí divulgar la historia. No podía quedar escondida, aprisionada como un recuerdo intimo, personal. Tenía que cobrar difusión. Como ejemplo. Y aquí está.
 
 
Aconteció en la sofocante noche de una tumultuosa primavera. Sobre Buenos Aires, gruesas nubes se arracimaban en lo alto, dispuestas a la descarga masiva de sus aguas. La Comisión Especial de Selección había resuelto citar a la media docena de pilotos que el periodismo decidió que debía resolver entre sí el par de hombres que en la temporada internacional llevaría los autos obtenidos tras laboriosas gestiones por la institución. Al encontrarse al volante de sendas unidades recorriendo el país en estudioso "raid", no pudieron hacerse presentes Oscar Mauricio Franco y Nasif Estéfano. De todos modos, Di Palma, "Cacho" Fangio, Marincovich y Reutemann representaban a la mayoría del grupo, (En buen romance: era presumible pensar que las dos terceras partes de los sueños cristalizarían la suma absoluta de esperanzas. Y así fue.) El propósito era claro. Fue prontamente interpretado por gente juiciosa, que nunca se movió incómoda en su asiento, Que en ningún instante titubeó en la respuesta. Que jamás balbuceó incoherencias. (Primera conclusión: razonamiento individual. Los jóvenes eran dueños de ideas. Propias. Suyas. La referencia apuntaba hacia lo constructivo.) Di Palma no enrojeció ruborizado cuando dijo: "Yo nunca anduve en un auto de motor en popa; lo más probable es que haga trompos de todos colores. De costado, de frente, de atrás. Hasta que aprenda." La declaración no formalizó ningún coro de burlonas sonrisas. Por el contrario; fue aceptada como palabra empapada de sinceridad. La de quien ponía bien en claro el límite de su conocimiento frente a una herramienta novedosa. Con perfecta ubicación. 
Después fue "Cacho" Fangio el que argumentó en tanto se movilizaban las ideas de todos y cada uno, buscando el mejor modo de realizar el período de ambientación a las flamantes unidades de la Fórmula 2: "Pienso que los muchachos que menos caminaron en este tipo de máquinas deben andar más que nosotros, los que ya las manejamos alguna vez. El doble, acaso, para poder estar en igualdad de condiciones. Para que nadie tenga un solo problema." Lo suyo provocó un fugacísimo eco de silencio. ¿En qué concentración deportiva podía ser usual una manifestación de semejante corte? Al fin y al cabo, "Cacho", uno de los más adelantados entre los adelantados, incitaba a detener el paso para que los legos emparejaran su ritmo antes de continuar.
Honestidad de conciencia. Tremenda fuerza espiritual para afrontar las carreras y la vida. (Incuestionable el nuevo elemento de juicio.) 
Más adelante, Reutemann, que no regalaba palabras inútiles, en una de sus cortas pero jugosas entradas, puntualizó rotundamente: "Estimo que todos debemos estar preparados para figurar sextos. Así, no le permitiremos al desaliento la posibilidad de hacer pie para el futuro. Más; creo que todos pensamos así." 
Y el silencio afirmativo de los otros tres hombres respaldó su firme oración qué agregaba puntos a un conjunto de jóvenes que sabe hacia dónde va y por qué lo hace. . Cuando la lluvia se descargaba inclemente sobre Buenos Aires, matizando con vivificante aliento de fresco aire una caliginosa jornada, Carlos Marincovich agregaba sin exultante tono: "Con Luis habíamos pensado en un hotel, mientras nos encontrábamos en Europa, si ustedes nos permitírían hacernos socios del club. Esto lo decimos antes de que los relojes se pongan en marcha. Antes de todo. Entendemos que debemos tener de nuestra parte una muestra de reciprocidad hacia el club que en este momento, por ejemplo, nos cobija del tiempo, pero que más adelante, en horas no más, nos puede proteger del futuro." Antes de que el reloj se pusiera en marcha. Sin especulaciones. Sin segundas. Pensando en Europa. Con la reflexión en la valija y muchos sueños a cuestas. ¿Podia quedar todo esto en el anonimato? ¿Era posible que no se divulgara a los cuatro vientos esta serie objetiva y esclarecedora del modo y forma de pensar de una juventud de la que todos debemos enorgullecernos? 
* * 
Cuando vuelco apresuradamente estos conceptos en la obstinada máquina de escribir —indiferente en sus metales al contenido emocional de sensaciones con que jubilosamente manejo su teclado— pienso que estoy lejos de conocer la dilucidación deportiva de la apasionante prueba. Pero conozco la otra, La de su significado social. Y aseguro que todos hemos triunfado. El club YPF cuando en su gestión internacional, procurando recomponer una imagen nacional, genera este tipo de encuentros. Los pilotos, que al margen del veredicto de las agujas, exponen sus ideas con esta altura. Una generación joven, muchas, ve-ces malparada y ofendida por criterios prejuiciados de vetustez e incomprensión. Los hombres, cuando advierten que las reales estructuras del juicio y del espíritu comunitario no están quebradas. 
• • • Como objetivos, dos autos. Dos asientos, apenas. Alrededor de ellos, media docena de esperanzas. Y un puñado de verdades que reconfortan y animan para continuar la fatigosa lucha. Un triunfo.

 

Fuente: Revista Automundo

DETALLE DE LA PISTA

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Autódromo Municipal de Buenos Aires Circuito número 5