La leyenda que rodea a Ferrari tiene muchas facetas. Una de ellas es la que pudimos constatar personalmente en Fiorano durante la semana pasada cuando durante miércoles, jueves y viernes se llevaron a cabo las febriles pruebas con miras a Montecarlo y a descontar la ventaja que hoy parece tener el Lotus de Andretti. Se trata, simplemente, del hermetismo y el secreto en que tratan de mantenerse estas pruebas dentro de la pista privada de Ferrari, lejos de miradas indiscretas o aun simplemente curiosas. Las máquinas de fotos no son bienvenidas allí; las miradas o las preguntas insistentes tampoco. La presencia de un periodista mucho menos. Con amabilidad y diplomacia el jefe de prensa de Ferrari —Franco Ghozzi— se lamenta de no poder atender como corresponde la demanda de Corsa que quería presenciar personalmente las pruebas de Reuternann. "Lo lamento tantísimo signore, pero usted me va a comprender. Se trata de una orden directa del Commendatare a quien acabo de ver hace un minuto. No acepla que nadie extraño ingrese a la pista de Florano". Comienza entonces una recorrida bastante habitual para los periodistas que se acercan a Fiorano. Caminar por los alrededores de la pista, buscar algún agujero propicio, quedarse agachado en algún lado y fotografiar desde lejos al coche que gira en la pista. Quién sabe si en el fondo no es más que una táctica deliberada del inefable Don Enzo, que así logra aumentar, si cabe, la expectativa que rodea a todo lo que lleva su firma. Desde lejos vimos girar a Reutemann con el auto que correrá el domingo en Montecarlo. Giraba, paraba, había que esperar varios minutos suponiendo que el auto saldría de nuevo, hasta que el inconfundible ruido de la puesta en marcha ordenaba volver a poner la cámara con teleobjetivo en ristre.
Finalmente, en el intervalo del mediodía, cuando el cambio de turno de los mecánicos coincide con la hora de almuerzo, el diálogo tranquilo con Reutemann y el coordinador Santa Ghedini en un restaurante a pocos kilómetros de Maranello permite reconstruir serenamente todos los detalles ocultos. El trabajo fue realmente impresionante. Reutemann dio 95 vueltas el miércoles, 60 vueltas el jueves, otras lentas el viernes. Sufrió un leve toque con el guard-rail el viernes a la mañana: probó todos los tipos de combinaciones posibles y trabajó especialmente sobre unas chicanas que reproducen las exigencias típicas de Mónaco. "Te das cuenta que; después de esto, las 75 vueltas en una carrera en si no te cansan nada?" --re-flexionaba Lole ante una frugal comida digna de un boxeador pocos días antes match. —Contame qué probaron en los tres dias. —Mira, creo que hicimos todas las variantes posibles. Probamos con el eje de Dion atrás, luego con eje de Dion adelante, después con ejes de Dion adelante y atrás, con las gomas dueles con la suspensión convencional y con gomas dueles con eje de Dion... —¿Cuál parecía la alternativa más favorable? —A veces uno se confunde un poco con tantas pruebas y hay que analizar los resultados en detalle. Pero en general en estos tres días me parece que lo mejor que andaba era la combinación de eje de Dion adelante y las seis ruedas con la suspensión independiente atrás. —¿Cómo fue ese pequeño accidente? —Pasó exactamente lo mismo que la vez anterior y en el mismo lugar. Una curva veloz en subida, se rompió el portamazas y el auto se fue contra el guard-rail. Puede ser que el portamazas de la suspensión convencional no aguante la carga de las seis ruedas porque el accidente se produjo cuando probaba con las dueles. —¿Qué puede pasar en Montecarlo a la luz de estas pruebas? ¿Se logrará equiparar la ventaja de Andretti con su Lotus? —Me guata Montecarlo. Creo que la gran ventaja del chasis Lotus se muestra sobre todo en las curvas veloces, comno la última de Jarama antes de los boxes,ahí en quinta, Andretti entraba planchado, a la tabla, y yo de ningnue manera podía hacer eso. En lo trabado las cosas pueden ser distintas. –Sin embargo, en general se cree que los circuitos como Montecarlo no son de tu especial predilección. ¿O no? —Sí, la gente piensa que no me gustan pero eso no es tan cierto. Me gusta Montecarlo, pero mejor hablemos después del domingo. —¿Qué significa esa buena dosis de confianza que trasuntas? —Y, que al las cosas andan normalmente tenemos que andar bien. —¿Qué es bien? —Para Ferrari significa hablar de 9, 6,o 4 puntos. No menos. Mientras las sirenas de la fabrica de Maranello marcaban el reingreso de los operarlos a las instalaciones centrales, a pocas cuadras de la fábrica, Lole se reintegra a su trabajo en Fiorano, Nos despedimos en la puerta, se dirige pausadamente a su trabajo —especialmente recargado por la lesión de Lauda-- y continuará girando, parando, hablando con los técnicos y mecánicos. El domingo que viene. en Mónaco. aguarda el premio a tanto esfuerzo.