FECHA: 18-08-1968 - POSICIÓN: 5 -
CATEGORÍA: Turismo Carretera
Tal como ocurriera en el mismo circuito hace un mes atrás, Carlos Pairetti y Carlos Marincovich se quedaron con los dos primeros puestos de los "250 Km de la Ciudad de Córdoba", décimo cuarta competencia de TC del año. Por los resultados, parece que se repitió lo de aquel 14 de julio: una gran carrera en una mañana gris. Sin embargo, el domingo último asistimos a una competencia deslucida en una jornada plena de sol. Es decir, algo totalmente opuesto. Además, hubo una ausencia Importante: el equipo Berta y en especial Copello, que en la anterior oportunidad manejó como pocas veces. Empero, le balanza se mantuvo en equilibrio; a falta de las Liebre de Alta Gracia, estuvo el equipo Ford, marca a la que los cordobeses poco y nada vieron este año. La presencia de Galbato, y Reutemann despertó interés. Atrajo mucha gente que resultó satisfecha porque los Chevrolet tuvieron otro gran día, obteniendo el tercer triunfo consecutivo y el quinto de la temporada.
Pairetti (también tercera victoria del año) dominó a plena voluntad. Varias veces estuvo haciendo "travesuras" debajo del minuto cinco segundos. Incluso el sábado, cuando con un excelente 1' 4" 7/10 (174,658Km/h) se ganó la cuerda en la primera fila de la batería inicial. Tras él se alinearon 18 autos. Los de siempre, con alguna novedad de importancia secundaria. Esto mueve a la reflexión: ¿dóndeestá el nutrido parque TC que se autopregoniza perjudicado ente cambios reglamentarios de dudosa concepción? En Córdoba, los anotados no llegaron a 30. Salo 22 e-tuvieron en la pista, y apenas 19 cumplieron las pruebas de clasificación. ¿Que en el autódromo porteño siempre hubo más anotados? De acuerdo, pero a no engañarse, porque a la hora de la verdad, muchas veces no se llegó al limite de 45 unidades admitidas en pista. Y esta cifra se encuentra muy lejos de los 150 que muchas veces oímos nombrar como "parque TC". Es curioso ver cómo Pairetti, Marincovich, Galbato, Malnatti, Vianini, Perkins, Copello, Estéfano, Ternengo, Pascualini, Gradassi, Feraoni, Peduzzl, Mujica, García Veiga, Ruesch, Di Palma y Caldarella, por ejemplo. tienen tiempo de estar en todas, mientras otros corran una vez cada dos meses, cuando ahora hay carreras cada 15 o 20 días, y no todos los domingos, como antes. El tema es para pensar.
SIN NEUMÁTICOS Y SIN CALOR
En lineas generales, se notó una gran evolución en los tiempos de casi todos los participantes. Que se anda cada dia más rápido es innegable, y hay que tener en cuenta que en la oportunidad nadie estuvo bien "calzado". El problema neumáticos se agrava cada dia más en TC. No hay. Todos cuidan los "zapatos' como si fueran de oro. Y un auto sin gomas adecuadas no es ninguna garantía de seguridad ni de rendimiento. Creemos que con neumáticos adecuados. los tiempos habrían bajado más aún. En la carrera no hubo lucha, no hubo calor, no hubo espectáculo. El público no tuvo motivos para enfervorizarse, excepto cuando Pairetti recibió el banderazo que lo consagró ganador. El dominio de los Chevrolet resultó demasiado amplio. La superioridad que evidencian en estos momentos no deja lugar a la especulación. Pairetti puso un minuto de diferencia respecto a Marincovich, y ambos dejaron con vueltas menos al resto.
El piloto del Chevitrés tuvo siempre asegurado el lugar de escolta, a despecho de dos pésimas largadas en las que quedó muy rezagado. Muy pocas vueltas le alcanzaron, en ambas ocasiones, para pasar a cuidarle las espaldas al hombre del "Trueno" naranja. En la primera serie intentó alcanzarlo y quedó relegado por sólo cinco Segundos, pero en la segunda, desde su último lugar en la primera vuelta, llegó a ocupar la segunda colocación y mantener el ritmo de Gradassi, que lo seguía, para asegurase la segunda ubicación en la clasificación final. Los Falcon angostados actuaron dentro de sus posibilidades. No son prototipos. El de Galbato, con el motor corrido hacia atrás, presentó nueva trompa, mucho más perfilada: ahora parece un sacapuntas. No obstante, en tenida dejó bastante que desear. En la primera curva del circuito, se iba de cola en casi todas las vueltas, hasta que en una oportunidad se cruzó totalmente en la pista; Galbato logró enderezarlo en fracción de segundos, con una maniobra de gran calidad. El propio piloto atribuyó las "coleadas" a excesos suyos en la conducción: "Anduve todo el tiempo al limite: por eso, a veces me iba". confesó. De todos modos, con seguirlo a Reutemann tenia el cuarto puesto asegurado. por lo cual andar el limite no era aconsejable. Reutemann compitió otra vez en forma impecable. Su auto da la sensación de no andar tanto corno el de Galbato, y además se nos ocurre que tenia una multiplicación algo larga. Andaba casi toda la recta de boxes en tercera, mientras la mayoría usaba la directa a la altura de la torre de control. Ruesch realizó una de sus mejores competencias. El sábado empató con Vianini el tercer tiempo del día, es decir, que una vez más resultó el Torino mejor clasificado. Luego, en carrera, contuvo largo rato a Gradassi en la primera serie hasta que éste lo paso, y en le segunda se esforzó por mantener su posición, aunque después los Mini-Falcon comenzaron a escapársele. Una manguera de agua que se soltó, empañándole totalmente el parabrisas, lo obligó a detenerse. Gradassi mejoró respecto a sus actuaciones anteriores. Realizó una carrera bastante medida, que le rindió buenos dividendos. De los demás, cada uno anduvo en lo suyo. con excepción de Perkins, que no estuvo a la altura de lo que todos sabemos que puede hacer. Pascualini, con la Liebre que habitualmente corre Néstor Ballario, brindó una gran carrera, superior a la que el auto le permitia ya que no dobla tan bien como la del equipo Gradassi. Fue una lástima que vianini, luego de finalizar tercero en la primera serie. no pudiera largar la final. a pesar de que todo el equipo Joseph trabajó arduamente reparando el desperfecto. De lo contrario hubiese sido un resonante 1.2-3 Chevrolet. Es evidente que la marca está atravesando un momento favorable. A la contundente eficacia de sus motores, se suma la suerte de haberlos podido depositar en los tres autos TC más modernos, los que a su vez están confiados a volantes de gran capacidad.Hace un mes, en el mismo circuito, Carlos Pairetti hizo oir su "Trueno" en un dia nublado; el domingo tuvo la virtud de tronar a pleno sol.
Fuente
Revista Automundo
http://www.historiatc.com.ar/foro/index.php
"Oscar Cabalen"
Córdoba