Crystal Palace

Crystal Palace FECHA: 24-05-1970 - POSICIÓN: 0 - CATEGORÍA: Formula 2 europea (sin Puntos)



Crystal Palace

DETALLE DE LA CARRERA

 

 

Pocas veces los días previos a una carrera internacional mostraron tanta frialdad como los que precedieron a la carrera de Crystal Palace. El hecho de disputarse el domingo una prueba de Fórmula 2 en Zolder, Bélgica, hizo que muchos pilotos se dirigieran directamente hacia allí para hacerse presentes en Crystal Palace el mismo lunes, con las primeras horas del día. Así, la pista británica fue poco transitada entre viernes, sábado y domingo. De todos modos. Rindt alcanzó a dar algunas vueltas el viernes por la mañana, para luego volar a Zolder, y también estuvieron Stewart, Hill y, por supuesto, el equipo del ACA. Sin duda, la presencia de Stewart sirvió para que cada uno tomará conciencia de sus posibilidades. Sus tiempos obraron de guía para la mayoría. Y, como casi siempre, sus registros fueron los mejores. El domingo, tras recorrer 51 vueltas (prácticamente la distancia de una carrera), clavó un 49" 6/10 que barrió con todos los récords del circuito. Andrea de Adamich, con un Brabham flamante, hizo su primera presentación del año en la categoría y, trabajando muy fuerte, marcó el segundo tiempo. Tras él, Carlos Reutemann lograba igualar el registro de 50" 4/10 que Rindt había señalado el viernes. Si bien el tiempo logrado por "Lole" causó beneplácito general en el equipo, todos nos quedamos preguntándonos cómo era que le habíamos cronometrado varias vueltas en 50" clavados y en 50" 1/10. Que los planilleros se equivoquen una vez es razonable, pero que erren en seis o siete vueltas da que pensar. Probablemente, le quitaron dos o tres décimas al argentino para que no quedara delante de Rindt. Caldarella también anduvo bastante bien, aunque se le cortaba el motor en las curvas, por lo que le fue cambiado para la carrera. El lunes por la mañana llegaron a Crystal Palace los sobrevivientes de Zolder, y eran muchos. En Bélgica se había dado la lógica: Rindt, Bell, Pescarolo; nada que no hubiera podido ser previsto de antemano. La reunión del BARC, en cambio, podía dar sorpresas. Aventurar pronósticos en materia de carreras siempre es riesgoso. Sin embargo, cuando empecé a recorrer los boxes descubrí que algunas de mis suposiciones eran acertadas: ni un auto y ni un mameluco blanco. La Bayerische Motoren Werke había tenido el buen tino de no comprometer aún más su situación presentándose en un circuito que más parece un kartódromo que una pista para monoplazas de fórmula. Los pesados y poco maniobrables autos germanos darían a sus rivales un handicap enorme en este escenario y no valía la pena hacerlo en una prueba sin puntaje. Seguramente se estarán preparando con todos sus recursos para satisfacer sus instintos chauvinistas en Hockenheim, donde podrán aprovechar la potencia de sus motores —que por el momento es la única arma con que cuentan— en las interminables rectas. También los Pigmée optaron por dejar para otra oportunidad su reaparición en escena. El reglamento original establecía que los tiempos registrados el sábado no tendrían validez para la clasificación, pero comentándolo con Staffa ese día estuvimos de acuerdo con que, dada la conocida volubilidad de los organizadores europeos, más valía tratar de asegurarse un buen registro. Tampoco en eso nos equivocamos, aunque esta vez no fue la lluvia, sino un calor poco común en Londres el que los decidió a modificar el texto del reglamento. En efecto, el lunes la alta temperatura volvió incorrecto el reglaje de los inyectores y nadie pudo superar las marcas de la jornada de entrenamientos. Ni el campeón del mundo ni el austríaco Rindt —que venía con toda la euforia de su reciente victoria— pudieron acercarse a más de dos décimas de segundo de sus registros respectivos del sábado. Entonces tomó pocos minutos llegar a la decisión: la jornada del sábado tomaba el carácter de prueba clasificatoria. Por una vez, la reforma también beneficiaba a los muchachos del ACA: Reutemann apenas pudo clavar un 50" 8/10 oficial —aunque una vez más los tiempos oficiales no coincidieron con los de los boxes, donde Staffa y Von der Becker, con sendos cronómetros, le tomaron 50" 8/10 en tres pasadas. Pero su 50" 4110 del sábado le aseguraba el puesto del centro de la primera línea de su serie, con el campeón del inundo en la cuerda Y Cevert del otro costado. Leyendo el completo programa editado por la BARC para la prueba, nos detuvimos en la página dedicada a la presentación de los pilotos argentinos, y en la brevísima nota sobre "Chiche" descubrimos un sutil juego de palabras. Textualmente decía que el segundo piloto del ACA se había ganado un sobrenombre que ya era prácticamente oficial. En el ambiente británico, "Chiche" es conocido por "Cinderella" (cenicienta en inglés) en vez de Caldarella, pero el redactor del texto decía estar convencido de que "Cenicienta" aún no desesperaba por ir al baile. No fue un zapatito sino una junta de la tapa de válvulas la que estuvo a punto de dejar una vez más a "Cenicienta" sin ir al primer baile del día. (Aunque el zapatito derecho no lo perdió, pero se le rompió con un rebelde pedal del acelerador que aún no le ha sido regulado, a pesar de que ya experimentó ese problema en Barcelona.) Al cabo de cuatro o cinco vueltas, Caldarella ingresó en los boxes con el motor anegado de aceite, que se colaba a través de la ranura que la mencionada junta dejó al correrse. Para completar su mala suerte, el cuentavueltas nuevo que acababa de ser montado estaba completamente muerto. También a "Chiche" lo salvó el tiempo del sábado y con sus modestos 52 segundos clavados se ganó el derecho de largar su serie, aunque bastante retrasado. Ni Bell ni Pesearolo parecían estar en un día favorable y Fittipaldi luchaba aún con una suspensión caprichosa. Las cosas pintaban bien para "Lole" y todos esperábamos ansiosos la largada de la primera serie de veinte vueltas. 

 
LAS SERIES 
 
Apenas bajaron la bandera, Cevert tomó la punta con el escocés pegado a sus talones. Detrás los seguia "Lole". El francés de ojos azules —que el sábado había destrozado corazoncitos femeninos en los boxes mientras posaba para avisos publicitarios luciendo un inagotable vestuario— no pudo resistir más de tres vueltas el asedio del campeón del mundo, quien, manejando con la misma soltura que el volante de un auto de turismo, ganó terreno hasta adueñarse de la punta. Las demás posiciones se mantuvieron inalteradas durante toda la serie, y las alternativas de mayor interés las dieron Pescarolo, Hill y Walker luchando por el cuarto puesto en ese orden, hasta que tres vueltas antes de terminar el ex campeón del mundo —que cojea todavía en forma impresionante— desplazó de esta colocación al francés de la barbita. Para el momento de cruzar la línea de llegada, Walker no podía ya ser considerado con justicia miembro de ese trío. Pero lo más asombroso fue que ninguno de ellos pudo acercarse a "Lole" a menos de cien metros en toda la serie. Revisando el marcador, observé que había sido un Tecno el auto colocado segundo. La marca de los coches rojos no defraudaba a los que habían depositado su confianza en ella. En la segunda serie, los cinco primeros puestos no cambiaron de dueño a partir de la segunda vuelta. La clasificación fue: Rindt. Regazzoni, de Adamich, Fittipaldi y Rollinson, seguidos por un Bell opaco y casi desconocido, que a partir de la séptima vuelta heredó el sexto puesto como consecuencia de un trompo hecho por Peterson con su March, que sigue comportándose tan lamentablemente como hasta ahora, rivalizando con el de su coequiper Guthrie el título de "La Batata Maldita" de la categoría. A pesar de la falta de alternativas, la serie dejó sus enseñanzas: Rindt corría con toda la furia y superó todos los récords anteriores del circuito (en carrera) para F2 con un 50" clavado; ya no era posible atribuir a la casualidad que el segundo clasificado fuera otra vez un Tecno —el de Regazzoni—, el recién llegado De Adamich tenia un Brabharn BT 30 flamante y Emerson empezaba a dominar su Lotus, en el reglaje de cuyas suspensiones se había invertido un buen par de horas. "La Cenicienta" pareció que iba a ser invitada al baile final hasta la quinta pasada, en la que se encontraba octava y en evidente ascenso, pero la serie de infortunios no había terminado aún para "Chiche": en la cuarta pasada, le resultó imposible enganchar la cuarta en una curva, y clavando los frenos evitó por menos de un par de metros darse de frente contra el paredón protector (protector para quién?), pero en la vuelta siguiente no pudo repetir la maniobra y prefirió un trompo. El tiempo perdido lo relegó a la cola, posición que conservó en la clasificación. Aunque no sin antes pasar en carrera a Paul Craven, antes de que éste abandonara.
 
LA FINAL 
 
A pesar de que Quaglia y Pilotto trabajaron durante el par de horas que les quedaban antes de la final para reemplazar la caja del auto de "Chiche" (porque ser primero en lista de espera daba la posibilidad de que llegara a correr si a último momento no se presentaba alguno); todo fue en vano. Nadie faltó a la cita y "Cenicienta" se quedó sin baile. Cincuenta vueltas a Crystal Palace significaban unos 45' de carrera, y conociendo las mañas de Jackie a nadie alarmó verlo tercero en las primeras pasadas, detrás de Regazzoni y de un Rindt que parecía correr perseguido por todos los demonios. Atrás, Cevert reforzaba las huestes de la Tecno con Fittipaldi pisándole los talones y De Adamich prendido a la cola. "Lole" estaba octavo, poniendo a Hill en apuros para conservar el séptimo puesto. En la vuelta 29, Cevert pagó su exceso de vehemencia con un toque de guard-rail que lo puso fuera de carrera, y todos los que le seguían escalaron un puesto. Tres vueltas más tarde, Stewart reemplazó a Regazzoni en el segundo puesto, y en el mismo momento en que parecía cosa de pocos minutos que Reutemann rebasara la linea de Hill, lo vimos pasar frente a nosotros con un corte en el motor. Cuatro vueltas duró la agonía de un motor que desfallecía poco a poco por falta de alimento: un cañito de goma del circuito de nafta se rajó cada vez más hasta cortarse por completo. Esta insignificancia privó a "Lole" de clasificarse quinto en la que, tal vez, deba considerarse como la mejor actuación de su campaña europea. No, no es un error lo que acabamos de afirmar: sexto hubiera quedado al superar a Hill, para lo que muy poco le faltaba, y el otro puesto lo hubiera escalado como consecuencia de la mermelada de bielas que hizo Rindt en la vuelta 25 Indudablemente, para, un piloto al que la opinión general le ha asignado el título de "Rey de la F2", no debe ser muy agradable correr en punta con Stewart acosándolo con la calma con que un mastín puede asediar a una presa segura, pero, de cualquier manera, cuidar un poco la mecánica siempre es bueno. Fue así como el escocés se adjudicó su primera victoria del año en la categoría, brillantemente escoltado por un Regazzoni que borró todas las dudas que aún se pudieran abrigar sobre las bondades de los Tecno, un Fittipaldi cuya regularidad volvió a ser el tema de los comentarios al finalizar la reunión. Para los argentinos fue otra jornada de mala suerte, pero nos retiramos con el consuelo de haber visto andar a un Reutemann que cada día pule más su estilo, lo que le hace merecer que sea considerado, por lo menos, entre los diez mejores del momento.
 
Fuente: Revista Automundo

DETALLE DE LA PISTA

Crystal Palace

Circuito Crystal Palace fue un circuito de carreras en Crystal Palace, Londres, Inglaterra. El circuito se encuentra dentro del parque de Crystal Palace. El trazado de la pista todavía se puede ver en los mapas que dan acceso al Centro Crystal Palace National Sports, que también se encuentra en el parque