FECHA: 08-08-1971 - POSICIÓN: 3 -
CATEGORÍA: Formula 2 europea
Al cabo de la primera de las dos baterías de 36 vueltas, las esperanzas de Carlos Reutemann de conseguir preciosos puntos que lo mantengan con posibilidades matematicas para ceñirse la corona casi se habían esfumado. A pesar de emplearse a fondo había finalizado octavo. Su compañero Carlos Ruesch, en impecable labor. del 25° puesto en la partida se clasificaba decimocuarto. Francois Cevert y Peterson, en ese orden, Los enemigos más fuertes de Reutemann, habian terminado primeros en la serie, indemnes, ostentando su poderío, sus ansias de ser campeones. Reutemann había sido postergado por las filas de competidores que lo precedían en la largada.
Sin embargo, en las 36 rondas finales, ese embrujo que lo rodea en las carreras, ese pie dosificado por una computadora para regular el acelerador, la posición y la trayectoria del coche, y su mente fría capaz de navegar por radar entre los rivales de pista, lo llevaron a un increíble segundo puesto en la serie y tercero en el recuento final, luego de Peter son y Schenken. Así, este argentino, en hora de definiciones, se toma su tiempo cuando todo parecía que se iba a derrumbar. Cuando los resultados de la primera bateria señalaban que Peterson se alejaría en el campeonato: que Cevert gozaria, por fin de esa primera posición que merecen sus motores. Pero al final, como de costumbre Reutemann sorprendió a todos. Sacó a relucir recursos que no mostró en los entrenamientos , cuando se comenzó a pulsar lo que sería la ronda sueca de las cuatro últimas carreras del campeonato 1971 de la Fórmula 2.
En las pruebas del jueves, viernes y clasificación del sábado. Peterson confirmó que era el dueño de casa, y sobre los 4 lentos km de Mantorp Park comenzó a pulverizar récords. El sueco presentó su Márch con piezas de suspensión, llantas y frenos nuevos que se cambiaron en Inglaterra. El afán de no perder puntos hizo que la fábrica March, con Alan Rees a la cabeza se apostara en Suecia con el convencimiento de ganar. Así, el primer día no más, Peterson se despachó con un tiempo de 1’26” y por esa jornada fue el mejor, secundado por Carlos Reutemann, Tim Schenken, Rolf Stommelen (con un BT36) y Carlos Ruesch . El cordobés ya mostró lo que aprendió en la Argentina poniendo a punto los autos que él construía y su unidad de fórmula mejora a ojos vista. El sábado, como a Carlos Reutemann se le había descompuesto la caja de velocidades, salió a girar en horas de la mañana con la máquina de su compañero. La experiencia fue totalmente novedosapara el santafecino, pórque una lluvia considerable se abatía sobre el circuito haciendo obligatorio el uso de los neumáticos de piso mojado. Por la tarde Ruesch ya pudo disponer de su máquina. Pero las condiciones del tiempo y su escasa experiencia en esta materia, además de que las regulaciones en su auto se habían alterado para que lo conduzca Reutemann,lo llevaron a realizar solamente el 25° tiempo. Con esa ubicación en las pruebas clasificatorias largó en último término. De todas maneras, estaba contento porque había desplazado los esfuerzos de Vittorio Brambilla y Reine Wisell, dos volantes de mayor nombradía. Ellos quedaron de suplentes y el cordobés se preparó a largar su segunda competencia consecutiva desde que cambio de auto.
En la sesión de la tarde, Reutemann había experimentado problemas con el embrague, por lo que efectuó pocas vueltas a considerable velocidad. Más tiempo se perdió también al efectuar el cambio de neumaticos. Cuando, sobre el cierre del tiempo de clasificación,amainó la lluvia y el piso comenzó a secarse. Todo fue inútil. Ya las cartas estaban echadas y Reutemann debió confor-marse para largar desde la peor posición que haya partido este año.
La noche sabatina fue más que agitada para Hector Staffa, DT del equipo argentino del ACA. Tuvo que interceder ante los organizadores haciendo valer los reglamentos, ya que estos pretendían excluir a Ruesch de la partida para incluir a Wisell (sueco) a pesar de su condición de tercer suplente, la maniobra hubiera sido legal si Wisell hubiese tenido la tercera parte en puntos respecto del puntero del campeonato. De todas maneras, la posición del equilo argentino fue apoyada por otros pilotos ante la evidente falta de seriedad de los promotores de Mantorp Park. También en Suecia funciona aquello de "Hecha la ley, hecha la trampa".- y él comisario deportivo optó por permitir que larguen los tres unicos autos que figuraban como suplentes.
Con el decimo sexto tiempo y largando desde atrás, Reutemann se vio bloqueado por quienes lo precedían y no pudo proyectarse adelante con la habilidad que lo caracteriza en las largadas: Por eso, en el trazado muy sinuoso solo pudo avanzar lentamente desde su posición original hasta terminar octavo. Su ritmo aumentó a medida que cumplía los circuitos, puesto que la lluvia le había impedido conocer los límites en entrenamientos. Mientras tanto. Cevert comenzó a alejarse de Peterson apoyado en la fuerza de su Cosworth-Pederzani. El sueco no pudo hacer valer su habilidad en las curvas veloces debido a lo trabado de la pista. A ellos escoltó un pelotón formado por J. P. Jarrier (March), Tim Schenken (Brabham BT 36 ), Wilson Fittipaldi (March). Dieter Quester (March), y Niki Lauda (March). Detrás de ellos, pero a punto de pasarlos, cruzo la meta Carlos Reutemann. Ruesch. terminó la batetia sin novedad, remontando posiciones desdela penúltima fila.
Los 23 segundos que Cevert había rebanado a Peterson en la batería inaugural no le impidieron colocarse a la cola del sueco en la final.
Así, a la expectativa ganaba la competencia. Partiendo desde la cuarta fila, Reutemann pasó. enseguida a acosar a los punteros. Apoyaba sus aspiraciones en un Cosworth flamante que había trabajado Novamotor. Ruesch trataba de apurarse más atrás con una planta motriz similar. Desde el cuarto lugar, en seguida Reutemann atacó y sobrepasó a Schenken. Allí se estacionó, imposibilitado de pasar —por velocidad— a Peterson y Cevert. Pero el francés duró lo que un suspiro, y en la décima vuelta pierde la carrera y se retrasa en el certamen por obra y gracia de un pistón rebelde. Allí, Reutemann queda en el segundo lugar. El final lo sorprende en esa posición, cuando nadie se esperaba que podría repuntar tanto. Lo más asombroso es que de octavo había avanzado al tercer puesto en la general. Su regularidad y rapidez le dieron la posición que merecía y, otra vez, su conquista de un momento es como una radiograna de toda una campaña. Tim Schenken, con el Brabham BT 36 de la Rondell Racing, lo precedió en los computos finales. De no ser por la mala clasificación, las posibilidades del argentino podrían haber sitió otras. También las de Carlos Ruesch habrían sido mejores de no mediar los oficios de John Cannon. En Mantorp Park, el cordobés lo tenía a mal traer en la última serie. Acosado, el canadiense efectuó un trompo con tanta mala suerte que Ruesch no pudo esquivarlo. Allí se terminó la carrera para él debido a que le dañaron la trompa y el radiador de su Brabham.
Mantorp Park