
DETALLE DE LA CARRERA
Quienes pudieron observar de cerca a Carlos Reutemann en Hockenheim, subido por primera vez en su campaña europea en el escalón número uno del podio de los triunfadores, nunca hubieran llegado a imaginar lo que ese momento significaba para él. Y no era para menos, ya que el habitual aplomo y la calma con que 'Lole" acostumbra a enfrentar cada uno de los movimientos que conforman su vida lo volvían a acompañar en un instante que, sin duda, sería trascendental para su carrera. Con una serenidad poco común recibió la corona de laureles y una botella de champaña que compartió con sus escoltas, Dieter Quester y Emerson Fittipaldi. En ese trance, nadie pudo adivinar qué pensamientos bullían en su cerebro y que se exteriorizaban en una plácida sonrisa. Quizá recordara que, salvo un triunfo de Juan Manuel Bordeu en Fórmula Junior, la suya significaba la primera victoria argentina de la era "post-Fangio". O, tal vez, que en ese instante los sueños que ocuparon gran parte de los 28 años de su vida se habían cristalizado en el objetivo que siempre deseó, con las consecuencias favorables que ello le deparará en el futuro. Las condiciones de Reutemann ya no dejan lugar a ninguna clase de objeción, y su víctoria en Hockenheim fue la consecuencia más directa de la proeza realizada una semana antes en Albi. Salvo imprevistos, el triunfo del último domingo estaba cantado. Y no precisamente por falta de oposición por parte de quienes serian sus rivales, sino porque la capacidad demostrada en la mayoría de las competencias de este año y enfatizada en Albi tenía que hacer eclosión con una victoria. Ahora, nadie puede discutir que, cuando es necesario, Reutemann se juega como el que más y es capaz de ganar en forma impecable, como para que nadie pueda objetarlo.
Cerca de 170.000 personas se congregaron en Hockenheim para asistir a la consagración del argentino que, sin duda, ya se encuentra entre lo mejor del automovilismo actual, y vivieron la carrera con la intensidad con que se aprecia un gran espectáculo, dado que la competencia alemana lo fue en todo sentido. La lucha entablada entre Reutemann, Quester y Wilson Fittipaldi hizo que los espectadores ovacionaran su paso en cada vuelta. Y no era para menos, pues si bien Quester intentó alejarse en la largada, el argentino encabezó el pelotón en la primera vuelta, habiéndolo superado en la recta opuesta a los boxes. En el segundo giro. Quester retomó el comando mientras "Lole" intentaba defenderse de los embates de Wilson Fittipaldi. Enuna arremetida espectacular, el brasileño logró desplazar a los punteros, mientras Reutemann dejaba atrás a Quester y se colocaba segundo hasta la quinta vuelta, en la que logró retomar la punta. La mantuvo hasta la undécima, cuando Quester volvió a relegarlo, pero en la decimoquinta reconquistó su posición. Allí, el alemán volvió a mandar, pero fugazmente; en el giro número 21, "Lole" se adueñó de la vanguardia para no abandonarla hasta el final. Ello no significó tranquilidad para el argentino, hostigado permanentemente por Quester y Fittipaidi. La prueba está en que el récord de vuelta lo obtuvo recién en la ronda 32 cuando el asedio de sus perseguidores se volvió más intenso.
Mientras tanto, Carlos Ruesch demostraba desde atrás su adaptación a las exigencias de la Fórmula 2, ya que habiendo pasado en el 12°puesto en el giro de apertura, se colocó octavo y en franco tren ascendente en la vuelta catorce. Fue allí cuando la aguja del termómetro le indicó que la temperatura del motor superaba los valores normales, por lo que debió detenerse en boxes para cargar agua, y perdió toda posibilidad de recuperación. No obstante. se lo vio sumamente conforme con su actuación y con un plato de plata que recibió como premio. Sin duda, el trofeo tendrá un valor muy especial para el cordobés, dado que es el primero que recibe en Europa, como preanunciando el futuro que también a él le cabe. Díeter Quester y Wilson Fittipaldi son quienes mejor pueden dar fe de las condiciones de Carlos Reutemann, pues con él tuvieron que pelear la competencia hasta el final. Es cierto que los dos rivales, más peligrosos, Ronnie Peterson y Tim Schenken, estuvieron ausentes, pero los círculos europeos coinciden en que, corriendo con la misma mentalidad puesta de manifiesto en Hockenheim, Reutemann puede presentarles batalla.
DETALLE DE LA PISTA
Hockenheim

El circuito de Hockenheim o Hockenheimring es un autódromo localizado en las cercanías de Hockenheim, Alemania. Las principales carreras que ha albergado son el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1, primero en 1970 y luego anualmente desde 1977 hasta 2008 (salvo en 1985 y 2007), acompañado primero por la Fórmula 3000 y luego por la GP2 Series; y el Gran Premio de Alemania del Campeonato Mundial de Motociclismo en numerosas ocasiones entre 1957 y 1994.
Hockenheimring se construyó en el año 1932, donde los fabricantes Mercedes-Benz y Auto Union probaron sus monoplazas de Gran Premio durante la dictadura de Adolf Hitler. A partir de 1957, el circuito comenzó a albergar el Gran Premio de Alemania de Motociclismo, alternando anualmente con Solitude y Nürburgring hasta 1994.
El trazado consistía en dos rectas unidas por un curvón oeste y una horquilla este, de 8 km de longitud. En 1966 se inauguró el Motodrom, un sector mixto donde se ubica la recta principal, que reemplazó a la vieja curva este y redujo la longitud a 6.789 metros. También se construyó un circuito corto, de 2.638 metros. Las dos rectas se dividieron a la mitad, al agregarse dos chicanes luego del choque fatal Jim Clark en 1968.
Debido a problemas de seguridad de Nürburgring, Hockenheimring albergó el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1 en 1970, y luego de forma permanente a partir de 1976. En 1982, tras la muerte de Patrick Depailler, se incorporó una tercera chicanes antes del curvón oeste. Las chicanes se reconstruyeron en 1992, para enlentecer la pasada de los vehículos.
El trazado del circuito se destacaba por ser uno de los más largos de la temporada de Fórmula 1, con un sector rápido que constaba de cuatro rectas de aproximadamente un kilómetro, cortadas por tres chicanes lentas que permitían numerosos adelantamientos, que se recorría en un bosque. Este circuito presentaba un desafío importante a los técnicos a la hora de la puesta a punto de los autos para la carrera, puesto que se debe optar entre una configuración con alerones poco inclinados y suspensión dura para maximizar la velocidad final en las rectas, pero a la vez comprometía la adherencia del coche en la zona del Motordrom, o viceversa. Además, los motores padecían las largas rectas, causando una alta cantidad de abandonos.