FECHA: 07-11-1971 - POSICIÓN: 2 - CATEGORÍA: Torneo Dos Mundos Formula 2 Europea

Nadie pudo ni quiso escapar del clima de euforia que produjo la segunda victoria de Emerson Fittipaldi en su tierra. Emerson es ídolo: sin embargo, quien tenga oportunidad de tratar con él diría todo lo contrario. Su forma de ser transmite una sensación de sencillez que difícilmente da lugar a pesar que se está frente a uno de los candidatos más sólidos a entrar en el privilegiado mundo de los campeones mundiales. Fuera del habitáculo, la personalidad de Emerson se muestra diametralmente opuesta a lo que es tan pronto como oprime el arranque de su auto. Es algo similar al fenómeno del doctor Jekyll y Míster Hyde, ya que la calma se transforma en agresividad y el hombre inmaculado se convierte en el piloto que no se arredra ante nadie ni ante nada. Si Peterson es "loco", Fittipaldi lo es mas aun, y la maniobra que para otro piloto podría ser imposible, es un juego de niños para él. Sin exageraciones, el rey de la F2, como se dio en denominar al sueco campeón, está perdiendo brillo frente al brasileño, una figura que en cada actuación se supera a sí mismo y, como consiguiente, eleva su imagen. A la vez, va adquiriendo la picardía que solamente dan muchas horas de calentar asientos de monoplazas, de allí que su excelente tiempo de clasificación (2'42"13/10) sea tomado con pinzas por quienes asistieron a la jornada sabatina. Absolutamente todos los cronómetros extraoficiales llegaron a coincidir en que el mejor registro había correspondido a Carlos Reutemann, con 2'42"21/10, lo que determinó que el argentino se retirara conforme con su marca. Pero hete aquí que cuando nadie lo esperaba. Fittipaldi voltio a salir a la pista a última hora, mejorando todas sus marcas anteriores y postergando el tiempo de "Lole". La explicación radica en que, aparentemente, en el primer giro siguió el circuito perimetral, para desembocar con más velocidad en la recta anterior a la principal, y allí comenzar la vuelta en que hizo realidad su primado clasificatorio. De todas maneras, ello no quita méritos a su actuación del domingo, ya que lo realizado en ambas series no deja lugar a ningún tipo de discusiones. En la primera luchó mano a mano con Peterson, hasta que este abandona por una intempestiva desconexión de la llave de contacto, pero el duelo se repitió con mayor intensidad en la batería complementaria, a tal punto que, en la última vuelta, la multitud contuvo el aliento hasta que ambas máquinas desembocaron en la racta final. La hazaña comenzó a concretarse recién en la sexta ronda, cuando el brasileño inició la arremetida que lo llevaría a la victoria. Por entonces se encontraba quinto cuando superó a su hermano Wilson y se lanzó en busca de Peterson, Reutemann y Schenken, que en ese orden marchaban delante suyo. Fue allí cuando juntó con la lluvia sobrevino la hazaña de Emerson, a Schenken lo superó robándole limpiamente la cuerda en una curva de retorno, mientras que, más adelante, Reutemann volvía a comandar el pelotón como en el giro inicial, en desmedro del sueco. Pero la lluvia también sirvió para enfriar el entusiasmo de "Lole", ya que en la novena ronda no hizo nada por evitar que Fittipaldi y Peterson lo superaran en plena recta opuesta. De allí en más, prefirió conservar su tercer puesto que le reportaría ser escolta del brasileño en la suma de tiempos. Mientras tanto, la batalla por la vanguardia, continuaba sin tregua, a punto de zambullirse junto en varias curvas el sueco y el paulista en maniobras casi increíbles, y más increíblemente aún salían indemnes. En un intento desesperado, Peterson se jugó en la última vuelta como difícilmente lo haya hecho anteriormente y tampoco obtuvo resultados, ya que Emerson, inmutable, neutralizaba sus esfuerzos doblando tan jugado como él, pero en la vanguardia. Por ello, cuando desembocaron en la recta final el autódromo pareció venirse abajo por la gritería. El ídolo había cumplido, el soberano satisfecho. Esta vez, el menor de los Fittipaldi hizo suyas las dos baterías, la primera con menor esfuerzo que la segunda. En la inicial, el abandono de Peterson restó algo de interés, ya que Reutemann, que entonces se encontraba tercero, no podía intervenir en la lucha, pues la rotura de un resorte de válvula le restaba potencia en forma notoria. A pesar de todo, no en vano se asegura que Carlos Reutemann está entre los cuatro mejores del mundo en la categoría, y esta afirmación difícilmente pueda discutirse. Por el momento, hay sólo 4 hombres en condiciones de pelear la vanguardia y son: él, Peterson y los hermanos Fittipaldi. El resto debe esperar cualquier defección de ese lote para poder, aspirar a una colocación mejor. Quizá Tim Schenken pudiera hacer que el cuarteto aceptan un integrante más, pero al menos en Interlargos se pudo apreciar que ninguno de los BT 36 del Rondell Racing está en condiciones de pelear con los nombrados, y por más que Schenken, Wollek y el veterano Graham Hill se esfuercen, no obtienen el rendimiento que sería dable esperar de la mecánica de un equipo semioficial. A diferencia de lo habitual en F 2, esta carrera estuvo plagada de abandonos, de allí el cuarto puesto final de Mike Beutler, un piloto que en la Argentina denominamos "del montón" por más que sea integrante del mismísimo equipo STP March (oficial de la marca). Por eso también quedó quinto Graham Hill, que en la segunda serie peleó animadamente la "cola" con Carlos Ruesch. El cordobés suele asegurar que en el mundo de la F 2 internacional no existen las excusas, por lo tanto habrá que creer que su auto estaba demasiado duro como para correr en piso mojado, donde, según él, las suspenciones deben ser lo más blandas posibles. Esta vez Ruesch corrió con un motor nuevo, ya que en el que utilizó la semana anterior lo volvió a emplear en las pruebas de clasificación, donde se reiteró el exceso de temperatura de la primera competencia brasileña. A pesar de ello, "Cacho" marcó el sexto tiempo en prueba indiscutible de sus progresos. Fue así como los dos argentinos lucieron la leyenda "Novamotor" sobre las tapas de su respectivos Cosworth. No obstante que Ruesch halla disputado el último puesto con Graham Hill, tampoco significa un deterioro para sus condiciones, ya que ambos son dos polos opuestos en lo que a ubicación automovilística se refiere. Ruesch se encuentra en franco tren ascendente, en tanto que la parábola del ex campeón mundial tiende a hacerse cada vez más perpendicular hacia el centro de la tierra.

Interlagos

El Autódromo Interlagos está localizado en el barrio de Interlagos en los suburbios de São Paulo, Brasil. Ha sido sede de la mayoría de las ediciones del Gran Premio de Brasil de Fórmula 1, incluyendo todas a partir de 1990.El nombre tradicional del circuito, Interlagos, proviene del hecho de que la pista fue construida en una región entre dos grandes lagos artificiales, el Guarapiranga y el Billings, que se diseñaron a principios del siglo XX para abastecer a la ciudad con agua potable y energía eléctrica. En los años 1970, el autódromo fue rebautizado como José Carlos Pace en honor al entonces recientemente fallecido piloto de Fórmula 1. Existe una pista de karts en el interior del circuito principal, que lleva el nombre de Ayrton Senna.